Una tarea de todos (4-2)
20 de febrero de 2019 | Tenis de mesa | Minuto90.com
El Cajasur Priego remonta a un complicado Leka Enea y se encarama de nuevo en el liderato de la Superdivisión
Para ganar una Liga hay que llevarse los partidos de muchos modos. Algunos se hacen con holgura, otros con insultante dominio y otros con una carga de sufrimiento extra. Al primer equipo del Real Club Priego le ha tocado esa última versión este miércoles con el Leka Enea. Y más con el añadido de que unas molestias musculares recomendaron a Carlos Machado tomarse un descanso forzoso. Es decir, la complejidad era mayor al no poder contar con el número 1 de España.
Porque el cuadro irundarra, por su parte, se presentaba en Priego con una advertencia muy seria. En la primera vuelta ganó, circunstancia que rozó en la segunda llevando al Cajasur al límite. Sin embargo, el representativo de la Subbética tiene un gen distinto y lo ha vuelto a demostrar.
De salida, Luis Calvo depositó la responsabilidad en Alejandro Calvo, quien tenía la difícil papeleta de sustituir a Machado. Si cabe, el examen era aún mayor al tener delante a Kosiba, uno de esos cotizados jugadores de la categoría. Y el magiar, aunque se encontró con un Calvo combativo, se llevó el partido por 3-1.
Tocaba ir a la remontada. Y Carvalho, el paradójico verdugo de la ETTU del Cajasur, volvió a congraciarse con su “amor” español sacando adelante su partido ante Vidal. Un sólido 3-1 que hacía pensar que Qiyao Han devolvería el control del partido a la escuadra de Priego.
Pero el oriental no contó con la veteranía de Díez. Pese a que se puso 2-0, el chino no fue capaz de sacar del partido al vasco. Endika igualó a dos sets el partido y levantó dos bolas de Han para poner el 2-1. Su premio fue el 1-2 y hacer temblar el Centro de Tecnificación.
Con esos condicionantes, el Cajasur ya jugaba sin red. Cualquier desliz le haría perder un punto. Carvalho, de nuevo, tenía que salir al rescate ante Kosiba. Aparentemente, el mejor partido de la noche y el portugués lo hizo perfecto. Un 3-0 que igualaba la contienda.
Con el 2-2, Calvo y Endika Díez jugaron el punto del partido. Y Alejandro Calvo, otro portador del gen ganador de los Machado, sacó a relucir la constancia de su trabajo. De principio a fin. Y esa constancia le llevó al 3-2, tanto en punto como en el partido. Sin duda, un Alejando “magno”.
A Qiyao Han, utilizando términos taurinos, le quedaba hacer el quite del “perdón”. Y lo hizo. Evitó las complicaciones ante Vidal. Sentenció por la vía rápida un partido que se hizo eterno, pero que puede valer una Liga. Porque para llevártela necesitas ganar partidos de muy diversas maneras.