En la senda correcta (2-4)

Hay días en los que se ganan campeonatos, pero hay otros en los que se puede perder. Y, visto el desarrollo de lo acontecido este fin de semana en la Superdivisión, el Cajasur Priego jugó con la ventaja de no tener confianzas ante un Visit Pontevedra que volvió a ratificar su condición de equipo “incómodo”.

Porque el conjunto gallego le puso todo tipo de complicaciones sobre la mesa. Especialmente, el jugador argentino Nicolás Galvano, que se quedó con los puntos que tenía en juego. Sin embargo, el conjunto de la Subbética ofició como equipo y campeón para sacar unos puntos que le siguen dejando en un lugar preferencial en la clasificación. De salida, la matinal del domingo parecía placentera. Quiyao Han no tuvo demasiados problemas para sumar el primer punto ante Ignacio Fernández. Un 3-0 que podía hacer presagiar que la cita tendría un carácter express. Sin embargo, el posterior partido ofreció una realidad distinta cuando entró en liza Nicolás Galvano.

El argentino, en su partido ante André Silva, controló la situación y se impuso llevándose la contienda por un 3-1. En sí, una confirmación más de lo que supone ganar los partidos en la categoría. Por ello, Machado estaba obligado a dar un paso al frente en su partido ante Pedro Fernández y lo hizo con la naturalidad de siempre: otro tranquilizador 3-0. Firmado el 1-2, quedaba por saber si el partido tendría una resolución rápida o no. Para ello, Qiyao Han tenía el pulso ante Galvano. Y el argentino, disfrazado de pesadilla para los de Priego, se llevó el partido más bonito de todo el encuentro por calidad y emoción.

A partir de ese momento, el Cajasur ya sabía que iba sin red. Para ganar, tenía que hacerlo perfecto en los dos partidos siguientes. Y lo bordó. Primero Machado pudo con Ignacio Fernández y después André Silva no fue a la zaga ante Pedro. Sendos 0-3 para que el Cajasur, por dos semanas, vuelva a olvidarse de la Liga y se centre en la ETTU Cup, donde le espera el Istres de la Pro A. No es una cuestión menor, precisamente, pero, por suerte, el representativo prieguense está acostumbrado a los desafíos con mayúsculas.