El Cajasur Priego TM hace historia
13 de abril de 2019 | Tenis de mesa | Minuto90.com
Se corona campeón de Liga tras derrotar al Arteal por 4-1
Carlos Machado hizo el punto, pero fue cosa de todos conseguir la Liga más sufrida de las cinco que tiene en su poder el Real Club Priego Tenis de Mesa gracias al Cajasur, que no se cansa de hacer historia.
Ante el Arteal tenía un altísimo listón, ese que le marcaba el actual campeón de Copa y su perseguidor en la pugna por el título. Pero el Cajasur echó mano de sus galones para imponerse en el partido de una temporada en la que ha tenido que superar muchos obstáculos. Sin embargo, ha acabado bailando con las penas una especie de mambo. Su quinto mambo.
El sorteo deparó que el primer encuentro lo disputaran Carvalho contra Mendes. Duelo luso, igualado sobre el papel y más viendo sus últimos precedentes en la liga doméstica de su país. En el primer juego, nadie se escapaba, en una clara muestra de que se conocían a la perfección. Con todo, Mendes encadenó cuatro puntos seguidos y volteó un 7-9 para voltear la ventaja de Carvalho y tomar la delantera.
Lejos de hundir a Carvalho, el jugador del Cajasur despertó. En la segunda manga controló hasta que se acercó al cierre. Entonces, le llegó la presión típica del momento, pero la solventó con suficiencia para igualar.
Con el 1-1, se repitió el decorado del primer set. Distancias cortas hasta el 9-7 para Carvalho. La diferencia fue que en esta ocasión estaba seguro gracias a su juego de derechas y provocó los errores de Mendes para ponerse por delante. Faltaba cerrar el partido, el primer punto, el primer paso. Entonces, Mendes trató de enfriar el ambiente con una protesta sobre el estado de la bola. Y, de primeras, lo consiguió. Pero fue un simple espejismo. Carvalho estaba mejor, dominante, hasta que Mendes pidió tiempo. Tras el mismo, la manga se estrechó hasta el 8-8. Carvalho disfrutó de dos bolas de partido que no concretó, aunque sólo fue para prolongar la agonía del partido. En la siguiente ocasión, puso el 1-0 gracias al 12-10.
Calvo, tal vez, buscó el factor sorpresa alineando a Han en lugar de André Silva. El chino, si sacaba su lado descarado propio de la juventud, podía complicar al brasileño Humberto Manhani, quien se ha significado por ser uno de los jugadores más sólidos de la Liga.
El duelo de zurdos comenzó con intercambios espectaculares. Han expuso su descaro con el fin de desesperar al sobrio Manhani. Y lo consiguió por momentos, pero el brasileño no se descompuso hasta el punto de imponer su ley con un cómodo 6-11. Entró más entonado Han en el segundo juego, incluso se puso con un 5-1 por delante que invitaba a nivelar el partido por la vía rápida. Sin embargo, Manhani reaccionó para frenar ese arranque del oriental. Pero no lo suficiente para evitar que el pleito se situara con un 1-1.
Más que el resultado, lo que gustaba era que Han parecía desenfadado, como si no asumiera la responsabilidad del momento. Y eso le llevó a hacer un gran juego de ataque ante un brasileño que no hacía concesión alguna. Por cierto, el brasileño con 8-9 concedió un punto al oriental en una clara señal de deportividad, ya que la bola tocó levemente la mesa. Pasó del punto de set a verse superado por el chino en la manga.
Acorralado por la situación, Manhani sacó lo mejor de su juego en el cuarto set, apagando por completo el brillo de Han en la manga anterior. Eso le llevó a tener una amplia distancia que Han trató de recuperar poco a poco, pero no fue suficiente para alcanzar al brasileño, quien llevaba el partido al quinto set.
Como no podía ser de otro modo, la tensión se apoderó del encuentro. Y ahí, tal vez, Han iba a sufrir más que Manhani, quien tomó una ligera ventaja. El brasileño la supo administrar forzando errores del chino hasta poner el 1-1 en el global. Quedaba mucho partido.
Para el público congregado en la grada, el tercer partido concentraba toda la emotividad posible. Dos prieguenses cara a cara, como son los casos de Carlos Machado y Moisés Álvarez, a quien le tocaba interpretar el papel del “malo” si se tratara de una película. Sin embargo, la realidad era un partido y estaba para competirle el punto al número 1 español.
Álvarez salió decidido en la primera manga ante Machado, sin reverencias al ídolo. Pero Carlos echó mano de la experiencia para evitar sofocones innecesarios y terminó por llevarse un set muy ajustado por 12-10. Y por el mismo camino transitaba la segunda manga, ya que Álvarez no permitía demasiada tranquilidad a Machado por mucho que llevara la iniciativa en el tanteador. Con todo, el número 1 se terminó llevando la manga y encarrilando un punto que llevaba consigo buena parte del título. Prueba de ello es que el tercer set no tuvo historia, ya que Machado “sacó” de la pista a Álvarez.
Carvalho y Manhani, quienes ganaron los dos primeros puntos en juego, se midieron en el cuarto y el brasileño, lejos de asustarse por la responsabilidad, entró con más brío y parecía tener controlada la primera manga. Sin embargo, Carvalho encadenó seis puntos seguidos para poner el 1-0. No fue muy distinta la segunda entrega del punto, ya que el brasileño volvió a tener dos puntos para adjudicársela. Sin embargo, no terminó de finiquitarla y Carvalho volvió a cambiar el dígito del marcador del Cajasur.
Esa inercia se notó en el tercer juego. Manhani pidió un tiempo muerto cuando el parcial reflejaba un 2-0. Tenía que buscar la fórmula para recuperar el partido que tuvo en sus manos. Pero Carvalho le dijo que no, amplió las rentas y puso el 3-1. Por lo pronto, el Cajasur saldría líder, pero quedaba el premio gordo. Y podía ser ya.
Machado se medía en el quinto punto a Enio Mendes. Otra vez estaba la historia escrita para su colofón. Pero el maderiense se lo complicó. Para empezar, se llevó el primer set. Por lo tanto, el número 1 tenía que rehacerse, algo que demostró de manera holgada con un arranque demoledor en la continuación de la siguiente manga. Un 6-0 contundente que supo administrar para igualar con un 11-7 el 7-11.
El prieguense siguió fuerte, ya que abrió el tercer set con un 5-0 para desesperación de un Mendes que ya había consumido hasta un tiempo muerto. Pero Carlos quería su porción de gloria y con el 11-6 dio el penúltimo paso hacia el título. Con esa energía, parecía imposible que se escapara. Y no se escapó, contando una vez más con la rúbrica de Machado, de Carlos, del número 1.