El Deza Ismabon cierra un año tan atípico como fructífero

El Deza–Ismabon Racing Team ha realizado una intensa, a la vez que productiva temporada. Inmerso en varios campeonatos, y ha luchado por las primeras posiciones, hasta las últimas citas, con varios títulos y posiciones de honor en las generales de las diferentes competiciones disputadas.

Comenzando por el Campeonato de España, las balas verdes han luchado por el título nacional en Superbikes Junior. Ángel Heredia, con varios pódiums y, a pesar de ser derribado en la cita catalana, llegaba a la última carrera como candidato al título. Una caída en la primera de las tres mangas programadas, daban al traste con las ilusiones de todo el equipo. A pesar de todo, lograba la tercera plaza final y el subcampeonato de la Ninja Spirit.

Guillem Erill disputaba su primera temporada en Supersport 600, siendo un constante entre los diez primeros y, marcándose un quinto puesto como mejor resultado. Con un décimo puesto en la general, el catalán ha cubierto las expectativas generadas. Fran Alonso ha seguido progresando estando asiduamente entre los diez primeros y acariciando el mismo puesto en la general. Andrea Sibaja volvía con fuerza, logrando el pódium en el Campeonato de España femenino de Open 600. Luis José Martínez lograba el título nacional entre los Handy para el equipo cordobés.

En el andaluz, los pódiums y victorias han sido una constante durante todo el año. Sergio López lograba el título ante su compañero de equipo, Bruno Baños, en un excitante final de temporada en Supersport 300. Andrea Sibaja logró el subcampeonato andaluz de Open 600, acariciando el título hasta las últimas curvas. Nano Calahorro ha vuelto a defender los intereses de la escuadra andaluza en el regional de minivelocidad. De nuevo se le ha visto luchar por el pódium, estando asiduamente entre los cinco primeros.

Al margen de lo deportivo, el año se ha visto marcado por la intensidad del mismo, con una reducción de la temporada, pero no las competiciones. Además, el equipo ha cambiado su nombre, debido a la pérdida de un amigo, patrocinador y persona involucrada en el mundo de motociclismo como era Ismael Bonilla. Un accidente en circuito cuando ayudaba a otros pilotos, le privó de ver los éxitos de un equipo al que siempre apoyaba. El nombre del expiloto quedará ligado siempre al equipo.