Carmen Romero, una campeona que sueña con acudir a unos JJ OO
28 de febrero de 2014 | Atletismo | Nacho Serrano
Es campeona de España. Dicho así suena demasiado perfecto. De hecho lo es. Pero Carmen Romero, la mejor del país en pentatlón, no termina de saborearlo plenamente: “Aún no lo he podido asimilar, no me lo creo”, esboza con la satisfacción y timidez de quien ha conseguido algo para lo que lleva mucho tiempo preparándose. Y es que, la atleta, natural de Añora, se muestra “súper contenta” por el resultado, más aún cuando repasa todo el proceso vivido: “El momento más tenso que he vivido en la competición fue cuando mi entrenador me dijo que era primera o segunda. Cuando vi que le sacaba 8 puntos a Fani me decía no puede ser, no puede ser”, relata aún con incredulidad. Es más, recuerda que “veía a la gente que sale en la tele ganando y yo siempre pensaba que no estaría ahí, y que se haga realidad…”, prosigue.
Pero suele ocurrir que los que más sufren están en la grada. En este caso, sus padres (quienes presenciaban en directo la prueba), pudieron ver cómo su hija conseguía el oro: “Estaban nerviositos, pero no sé la reacción que tuvieron”, comenta entre risas. Y es que, tras la carrera, “los jueces me tuvieron que bajar al antidoping y luego fui a por la medalla”, por lo que solo pudo verlos después. “Mi madre se puso a llorar y no me decía nada”, así que ella era la que tenía que pellizcarla: “Le decía: Mamá, ¡no te pongas nerviosa!”, comenta con agrado.
Además, Carmen reconoce que “estaba convencida de que ganaba Fani” porque venía “de haber ganado al aire libre, y pensaba que ganaría ella de sobra”, por lo que, a pesar de la alegría de conseguir ser la mejor de España, le queda la sencillez suficiente para lanzar parabienes a su paisana: “Se queda un sabor de boca agridulce por decir jolín, he ganado por cinco puntos”. Del mismo modo, el buen rollo es evidente, hablando y felicitándose “antes de la entrega. Es muy simpática”, insiste. Así las cosas y, pasada casi una semana del logro, admite estar “súper cansada”, pero ni todo lo que rodea a estos días le puede quitar ni un segundo la sonrisa: “Los medios te llaman mucho, los periódicos de Soria también, sales en portada y entre el viaje, que no te has recuperado aún de las cinco pruebas… se hace pesado”, explica.
La deportista, aunque cordobesa, tiene una historia curiosa tras sus espaldas, pues su residencia se ubica en Soria, una de las tres ciudades que cuentan con un Centro de Alto Rendimiento en España, junto a Madrid y Barcelona. Esta, a su vez, le permite estudiar Fisioterapia mientras se prepara para la competición. Una especialidad que prefiere a la que estudiaba hace tan solo unos meses: “El año pasado hice INEF en Sevilla, pero no me convencía”, por lo que se congratula de estar en un lugar donde “lo tengo todo”, si bien “hay días que son muy tristes, con mucha rutina. Por la mañana estudias y por la tarde, a entrenar”. Aunque, eso sí, “hay un grupo muy ameno y se te hace todo muy divertido”, incide.
Así que, por el momento, la estancia en la ciudad de los poetas parece segura durante un par de años, aunque “cuando termine la carrera no sé que haré” porque “no me veo en Soria toda mi vida” ya que “me gustaría vivir en un sitio más grande”. Del mismo modo, es consciente de la dificultad que entraña poder dedicarse en cuerpo y alma a su pasión, de ahí que deje claro que “no me veo viviendo del atletismo”. Por eso, lo principal para Carmen es “terminar mi carrera, por si en un futuro me lesiono, tener algo a lo que agarrarme”, aunque no puede esconder cuál sería su máximo anhelo: “Me encantaría estar en unos Juegos Olímpicos, es el sueño de todo deportista”, suspira.
Así las cosas, con la simpatía natural que desprende, tiene claro qué quiere ahora: “¡Primero descansar!”, dice entre risas, pues “todavía lo estoy asimilando”. Tras el merecido tiempo de asueto “empezaremos con el aire libre, me veo con fuerzas, tengo muchas cosas que mejorar” en cada una de las disciplinas: “En el peso no hice mi mejor marca, también puedo mejorar en vallas y longitud”, de ahí que remarque que “mi objetivo es luchar cada medalla en Alcobendas, la Copa de Europa en combinadas (tendrá lugar en Donetsk del 5 al 6 de julio) y quien sabe si hacer la mínima para el Campeonato de Europa en Zurich”.
Además, deberá seguir con la progresiva puesta a punto en el 800, prueba en la que “no estaba muy convencida, me echaba para atrás”, cuando llegó a Soria y se puso en manos de su entrenador, pero después terminó encantándole en su conjunto: “Había que sufrir mucho, pero le coges más el gustillo que si solo haces una prueba”, de ahí que haya que seguir insistiendo, pues “el 800 es muy determinante para conseguir el puesto” por lo que “ahí es donde más nos centramos”.
La cordobesa, que se describe como una chica “cariñosa, a la que le gusta cuidar de su gente”, no esconde la gratitud que siente cuando la gente se interesa por sus progresos: “Es bueno que se reconozca algo lo que hacemos, aunque solo sea cuando ganamos”, relata con naturalidad. Por eso, cuando se le cuestiona por qué aconsejaría a cualquier pequeño que se inicia en este mundo y sueña con, algún día, conseguir los éxitos que ella disfruta, no duda en destacar que “Con esfuerzo todo se consigue. Siempre va a haber recompensa”. Y es que, “estos días lo pensaba y es verdad, todo el esfuerzo ha tenido su recompensa”. Incluso, en los peores momentos, en los que la atleta podía pensar que “estaba súper mal, creía que todo lo estaba haciendo mal y al final el entrenamiento y la constancia han dado su fruto”, señala orgullosa Carmen quien, a buen seguro, será capaz de enganchar sus sueños con la misma facilidad que agrada a quien tiene la posibilidad de compartir un rato de charla con la noriega. Y que sigamos disfrutando de ella.