Marinero… Marinero…
¡Guárdate el verde del mar,
que yo quiero ser torero!
¡Quédate con tus sirenas,
tu mar y tu catalejo,
tu bergantín y tus jarcias,
tus peces y tus luceros;
guarda la estrella polar
en el bolsillo del pecho
y quédate con tus islas
de rumba y sabor a océano
y con la brisa que mece
barlovento y sotavento
tu barco lleno de luna,
que yo quiero ser torero!
Dame a mí plazas redondas,
lunas de arena o panderos;
toritos de siete hierbas
enjabonados de negro,
y un capote enamorado,
violeta y amarillento,
en una tarde de junio
sin una nube en el cielo;
con banderas desmayadas,
sin tener brazos de viento
que recojan su desmayo,
que el aire se está muy quieto
si cuernos de escarcha buscan
calor de ingles y ... leer más.