Quieta la sangre en el fulgor altivo
de una herida de flor sobre la arena
se deshoja el silencio. La serena
voluntad de la suerte tiñe un vivo
alamar de ofertorio y agonía.
Desnuda la muleta. Ciñe el cielo
la rojigualda luz de un paño al vuelo
hecho nardo, cintura y alegría.
Que se muera la muerte; que la vida
sea llamarte entre torres y banderas.
Capote, sol, clavel, brisa encendida,
labio al borde de nuevas primaveras…
¡Qué hermosa está la tarde derretida
en el coso de amor de tus hogueras!
de una herida de flor sobre la arena
se deshoja el silencio. La serena
voluntad de la suerte tiñe un vivo
alamar de ofertorio y agonía.
Desnuda la muleta. Ciñe el cielo
la rojigualda luz de un paño al vuelo
hecho nardo, cintura y alegría.
Que se muera la muerte; que la vida
sea llamarte entre torres y banderas.
Capote, sol, clavel, brisa encendida,
labio al borde de nuevas primaveras…
¡Qué hermosa está la tarde derretida
en el coso de amor de tus hogueras!