Sevilla: Pablo Aguado corta una oreja en la novillada del Corpus

26 de mayo de 2016 | Toros | patiodecuadrillas.com. 22:40.

Serna y Cadaval, se fueron de vacío

20 Festejo de abono. Jueves 26 de mayo de 2016.

Pablo Aguado ha sido el triunfador de la novillada celebrada en Sevilla el día del Corpus, un festejo que reunía a tres novilleros sevillanos en el cartel y que gozó de buen ambiente en los tendidos. Aguado cortó la oreja del cuarto de la tarde, al que terminó toreando muy bien al natural. Sus compañeros de cartel, Rafa Serna y el debutante Alfonso Cadaval, se fueron de vacío.

Se lidiaron cuatro novillos de Talavante y dos de Rocío de la Cámara -el tercero sobrero-, bien presentados y de juego variado. El tercero fue ovacionado en el arrastre.

Pablo Aguado, ovación y oreja.
Rafa Serna, ovación y ovación.
César Cadaval, ovación y silencio.

Casi tres cuartos de entrada en tarde agradable. Saludó en banderillas Miguel Ángel Odero en el cuarto.

El único que alcanzó la meta del triunfo en esta esperada novillada fue Pablo Aguado, que mostró la calidad con la mano izquierda en el cuarto novillo. También hubo momentos buenos de Rafa Serna sobre todo en el primero de su lote y de Alfonso Cadaval en el tercero.

Pablo Aguado comenzó la tarde con una apuesta fuerte: irse a portagayola. Después dejó lances buenos en un recibo en el que terminó perdiendo el capote. También galleó para llevar el novillo al caballo e hizo un quite por chicuelinas. Serna hizo un quite por tafalleras. Aguado brindó al público y comenzó la faena en los medios con el novillo un tanto rebrincado. En la segunda serie hubo ligazón, atemperando bien la embestida y también en la tercera. Cuando toreó con la zurda el novillo volvió a descomponerse. Prolongó su labor en la intención de apurar las últimas embestidas y el novillo le avisó, rompiéndole la taleguilla de un puntazo. Mató de estocada y descabello. Ovación.

Al cuarto lo recibió con faroles primero en los medios y después en el tercio. En banderillas saludó Miguel Ángel Odero y Aguado brindó a sus compañeros de cartel. Comenzó doblándose con buen estilo e intentó ligar con la derecha, siendo desarmado en la segunda serie. Siguió con firmeza y determinación, sin obtener en principio la necesaria colaboración del novillo. La clave estuvo en insistir hasta apurar sus embestidas. De este modo logró algunos muletazos sueltos estimables, sobre todo los que dio al final de la faena al natural en dos series muy compactas que fueron celebradas por el público. Mató de estocada recibiendo y descabello y a sus manos fue a parar la única oreja de la tarde.
 
Rafa Serna comenzó toreando a la verónica de rodillas a su primero, que se fue suelto en el recibo. También hizo un quite por chicuelinas y Cadaval entró en escena haciendo otro por chicuelinas. Comenzó la faena con buenos doblones y se lució también en la primera serie con la derecha. En la segunda, ligada y con muletazos de calidad, comenzó a sonar la música. Cuando cambió a la zurda el novillo hizo amago de rajarse y se vino abajo, limitando la faena del joven sevillano. Mató de pinchazo y estocada. Ovación.
 
Serna se fue a portagayola en el quinto dispuesto a no quedarse atrás en el triunfo. Hizo también un ceñido quite con el capote a la espalda. El novillo llegó a la muleta muy parado y extremadamente soso. Serna lo intentó por ambos pitones sin que su labor trascendiera por falta de enemigo. No anduvo fino con la espada. 
 
El tercero estuvo justo de fuerza desde su salida y fue devuelto a corrales. Salió un sobrero de Rocío de la Cámara que manseó en los primeros tercios. Alfonso Cadaval, que hacía su presentación en esta plaza, brindó a su padre, el humorista Cesar Cadaval, y comenzó doblándose con el novillo y dejando buenos derechazos. La segunda serie fue ligada y tuvo transmisión y en la tercera el novillo se vino a menos. Cambió a la zurda y dejó una serie de naturales con buen trazo y templados. Dio una  serie más y estuvo mal con los aceros. Fue ovacionado.
 
El segundo del lote de Alfonso Cadaval, también de Rocío de la Cámara, manseó descaradamente en el caballo y en la muleta desarrolló complicaciones, mirón y reservón, rajándose muy pronto. Lo intentó insistentemente al natural, sin que el deslucido novillo se entregara en ningún momento y siempre tuviera al torero en el punto de mira. Mató de pinchazo y estocada y su labor fue silenciada.