Sevilla: Gran tarde de Antonio Ferrera, que da dos vueltas al ruedo
6 de mayo de 2017 | Toros | patiodecuadrillas.com
Y que pudo haber salido a hombros
Antonio Ferrera ha rozado de nuevo el triunfo esta tarde en la Maestranza después de cuajar una actuación para el recuerdo. Su gran toreo de capa, que hizo sonar incluso la música, y la templada y artística faena que hizo al quinto marcaron la cima de la tarde. Pudo haber cortado una oreja de cada toro, pero el presidente no le concedió el trofeo en su primero, y la espada le jugó una mala pasada en el quinto. Su balance final fue de dos vueltas al ruedo. Padilla y López Simón se fueron de vacío.
Se lidiaron toros de El Pilar, bien presentados. Destacaron el tercero, que recibió una fuerte ovación en el arrastre y el cuarto.
Juan José Padilla, ovación y ovación.
Antonio Ferrera, vuelta tras petición y vuelta tras dos avisos.
López Simón, ovación y silencio.
Juan José Padilla pasó apuros en el recibo de capa al primero de la tarde porque el toro embistió muy descompuesto. Compartió banderillas con Ferrera y destacó en el tercer par al violín. El toro tampoco fue claro en la muleta, pero Padilla supo meterlo y logró algunos momentos estimables con la derecha. También el natural dio muletazos sueltos hasta que pronto se agotó la embestida de su oponente. Mató de estocada y fue ovacionado.
Padilla se lució en el tercio de banderillas del cuarto, sobresaliendo el último par al violín. Brindó al público y firmó un buen comienzo de faena con muletazos por alto. A continuación templó con la derecha y esa fue la tónica de la faena en las siguientes series con un toro noble al que le faltó humillar y transmitir más. Terminó con toreo cerca de los pitones antes de matar de estocada y ser nuevamente ovacionado.
Antonio Ferrera dio algunos lances al segundo, un toro que salió suelto y frío en el capote y que hizo amagos de querer saltar antes de ir al caballo. Siguió manseando durante todo el tercio de banderillas, poniendo en apuros a Padilla en el segundo par. También quiso rehusar pelea en la faena, pero Ferrera lo buscó en los medios y recogió con buen oficio a un toro de descompuestas embestidas. El manso de El Pilar no era toro de triunfo, pero Ferrera no tiró la toalla, extrayendo todos los muletazos posibles. Fue al natural y a base de sobar mucho cuando logró los mejores muletazos de la faena, haciendo sonar la música. Hizo un esfuerzo importante que remató de espadazo. Hubo petición mayoritaria que el presidente no atendió, dando la vuelta al ruedo.
Ferrera cuajó con el capote al quinto toreando muy despacio a la verónica ganando terreno y rematando en los medios. Incluso sonó la música para el gran toreo de capa del extremeño en el que fue el momento de mayor emoción de la tarde. Después del primer puyazo, hizo un bonito quite por caleserinas. En el tercio de banderillas llegó la fatalidad: el toro se partió una mano y el presidente, con el beneplácito de la empresa, lo devolvió. En su lugar salió un sobrero justo de fuerza al que Ferrera toreó a media altura pero con mucha compostura desde el inicio de la faena. La segunda serie tuvo muletazos de mucha plástica y temple. Inteligente, dando tiempos al toro, logró sacar lo mejor de este sobrero. Lástima que no transmitiera más, pero Ferrera lo puso todo y tapó sus carencias. Estuvo metido en la faena y muy templado siempre, dándole las alturas al toro en una labor para aficionados. La faena fue a más, sin necesidad del acompañamiento de la música, y ofreció la versión más artista del torero. Lástima de espada. Resultó prendido en el primer intento y pinchó. Perdió un triunfo seguro.
Alberto López Simón se hizo aplaudir con el capote en el tercero de la tarde. El toro apuntó buenas cosas y lo brindó al público. El de El Pilar repitió en la primera serie y López Simon ligó bien. También en la segunda, yendo a más en temple y compostura. También hubo acoplamiento y ligazón al natural, aunque la faena no acabó de hacer estallar los tendidos. Para el final dejó una buena serie con la derecha y bonitos doblones y muletazos finales. Mató mal y perdió el triunfo. El toro fue largamente ovacionado en el arrastre.
Poca fuerza tuvo el sexto, que perdía las manos cada vez que López Simón lo forzaba lo más mínimo. Así fue difícil transmitir y además el toro se defendió por el lado izquierdo. Insistió más de lo aconsejable el madrileño cuando estaba claro que había poco que hacer. Otra vez estuvo mal con la espada y fue silenciado.