José Luis Munuera, “un árbitro apasionado del fútbol”
11 de octubre de 2016 | Más fútbol | Pedro Navarro
Hoy hablamos de fútbol, pero desde otro punto de vista, desde el arbitraje. Para ello nos hemos puesto en contacto con el recién ascendido a primera división, José Luis Munuera, del colegio cordobés. Conocemos de primera mano cómo es la trayectoria de un árbitro hasta llegar a primera, así como las pautas a seguir para mantener el control de un equipo.
-Buenas José Luis, gracias por atender a minuto90, primera pregunta obligada, ¿cómo es la vida de un árbitro?
La vida de un árbitro comienza muy pronto, yo empecé con quince años y representa para ti un hobbie. A mí me gusta mucho el fútbol y se presenta una oportunidad de verlo desde otro punto de vista, de disfrutar de este deporte, viajar… así fueron pasando los años, vas subiendo peldaños y hasta el día de hoy, que tengo la suerte de estar en primera división. Aún sigo compaginando el arbitraje con la profesión, soy visitador médico en un laboratorio farmacéutico. La vida de un árbitro podría decirte que es una vida intensa en los terrenos de juego, eres un deportista más que entrena de tres a cuatro días a la semana e intenta hacer su trabajo lo mejor posible. A día de hoy ese hobbie se ha convertido en mi pasión, en uno de mis trabajos y lo vivo como un sueño.
-¿Fuiste monaguillo antes que Fraile?
(risas), si, a mí me gusta mucho el fútbol, he jugado mucho a este deporte, de hecho tengo el master en dirección deportiva por la Real Federación Española de Fútbol que hice en “Las Rozas”. Empecé como todo niño jugando al fútbol, era central, pero al desaparecer el equipo de mi colegio encontré esta vía, la del arbitraje e ingresé en el colegio de Jaén. Seguí ligado de esta forma en el mundo del fútbol, haciendo deporte y decidir vivir la pasión futbolera de esta forma. Conforme van pasado los años vas adquiriendo más experiencia y vas trabajando cada día por llegar a lo más alto.
-En la vida de un deportista, ¿Cuándo se decide tomar esta salida?
Mi caso es algo familiar, con quince años decidí coger está vía porque mis hermanos eran árbitros también y ya conocía esta posibilidad. Me vi reflejado en ellos y me animé a seguir su camino, haces deporte, te ganas “un dinerillo”, conoces a gente… A día de hoy mis dos hermanos ya no son árbitros, pero sin duda, han sido mi fuente de inspiración, ahora el que sigue nuestros pasos es mi hermano menor que también ha tomado esta decisión.
-Cómo bien decías antes, esto empezó como un hobbie, prácticamente todos los deportes se empiezan a practicar con esta mira pero, ¿qué sentiste cuando te diste cuenta que eras árbitro profesional?
El punto de inflexión pudo ser cuando ascendí de tercera división a segunda B, probablemente es el paso más importante, es donde te das cuenta de la relevancia que adquiere el fútbol y vas siendo consciente de la repercusión y la responsabilidad de un árbitro en un partido. En primera división, evidentemente, tienes que aprender a manejar la enorme presión mediática que puedes llegar a tener, esto es algo que hay que saber gestionar.
-¿Cómo es la trayectoria de un árbitro?
El camino es muy complicado porque comienzas sin experiencia, con unos quince años en campos de regional y en terrenos muy hostiles. Vas solo, no hay tanta seguridad como puede haber en campos de superior categoría. Es un comienzo difícil a nivel psicológico, saber que estás solo, que debes tomar el control del partido y que tienes que ir enriqueciéndote de tus propias experiencias, poco a poco, con el paso de los años, vas archivando una cantidad de anécdotas increíbles y te vas curtiendo en mil batallas.
-¿Cuáles crees que son las pautas para mantener el control de un partido?
Pueden ser varias, sobre todo saber desde primera hora gestionar a los futbolistas, los cuales es conveniente conocerlos antes de dirigirlos, mantener un criterio a nivel disciplinario equilibrado, tener una personalidad fuerte y, sobre todo, entender el juego e intentar llevarlo al mejor de los cauces posibles con las herramientas que tenemos. Es importante saber manejar el nivel verbal con los jugadores, no hablar demasiado pero saber dirigirte a ellos cuando sea necesario para gestionar sus emociones. El árbitro más que arbitrar debe dirigir el partido.
-Para terminar José Luis, ¿Qué tipo de árbitro te consideras?
Pues como todos mis compañeros que están en primera división, todos debemos tener el mismo criterio, es cierto que cada uno tiene una personalidad diferente, pero en el nivel técnico debemos trabajar con el mismo criterio. Yo me considero un árbitro apasionado del fútbol que intenta gestionar las emociones lo mejor posible y vive el fútbol con una intensidad altísima.