Agregar el calificativo de final a un partido en el mes de noviembre puede parecer precipitado. Dicha calificación podría tildarse de exagerada, como si la palabra se le quedase grande al partido. Sin embargo, el encuentro del próximo domingo, 17.00 horas, entre el Lucena y el Villanovense parece reunir las características propias de dichas cita. Para el Lucena no hay ningún título en juego en ese enfrentamiento, pero quizás haya algo más importante, la confianza. Una victoria celeste ante el club serón podría dejar casi sin efecto clasificatorio las seis semanas que se acumulan sin conocer la victoria.
Porque si la crisis que atraviesan los lucentinos no les ha llevado a entrar en puestos de descenso directo, aunque sí de promoción, sumar los tres puntos en litigio el domingo permitiría tomar aire y soñar con la zona media de la tabla en pocas semanas. Pero como toda final, es un arma de doble filo. De no vencer a los pacenses, no vale ni el empate, los problemas clasificatorios se agudizarían. Los villanovenses se irían a ocho puntos o mantendrían la ventaja en cinco y los cordobeses se quedarían anclados abajo, justo en las puertas de una fase de calendario que avecina curvas.
Otro factor que podría insufluar ánimos a los de Arsenal, además de ganar, es como decimos la posibilidad de mirar la clasificación con optimismo y es que la jornada podría ser propicia para ello. Los equipos que persiguen a los lucentinos tienen partidos complicados. El Cacereño recibe al Granada B, el Melilla hace lo propio con el líder y los otros dos conjuntos implicados en el descenso se miden a bloques que preceden a los cordobeses de manera cercana por lo que ambos no podrán sumar más de un punto. El Sevilla Atlético se mide en su casa al Marbella y La Hoya Lorca se enfrenta en su feudo al Arroyo. La oportunidad de recortar o ampliar la renta parece clara. Lo mismo ocurre con el Cartagena y el Córdoba B que se enfrentan entre ellos.
Twitter:
@javier_moralesc
