Una delantera bajo mínimos

Si hubo una línea en el Córdoba B necesitada desde prácticamente los compases iniciales de competición, esa fue la delantera. Diversas circunstancias fueron debilitándola conforme pasaban las semanas. La secretaría técnica del club, plenamente consciente del problema, no consideró conveniente reforzarla. Craso error. El B, con 33 goles a favor, concluyó como tercer equipo con peores guarismos del grupo, solo por detrás de Arroyo CP (30) y Lucena CF (32). Los tres conjuntos acabaron por descender a Tercera División.

Romero inició la campaña con tres arietes natos y recién aterrizados a la capital cordobesa: Florin Andone (Atlético Baleares), Juanfran (Arroyo CP) y Alberto Quiles (Recreativo de Huelva B). A ellos había que añadirle otros hombres con claro perfil ofensivo, pero para nada especialistas como punta de lanza. Eran los casos de Sebas Moyano, Dani Hernández o el propio José Fran. Tanto Florin como Juanfran comenzaron comandando la delatera del B, si bien los problemas físicos del rumano, así como su posterior ascenso al primer equipo, dejaron al sevillano -máximo goleador de la temporada con siete goles- solo a las primeras de cambio. Quiles, pese a participar en 17 encuentros, tan solo fue titular en una ocasión. El onubense marchó cedido al Marbella FC en el mercado de invierno. Ese periodo de fichajes se atistaba como la única opción de rearmar una parcela casi huérfana. La entidad blanquiverde no lo hizo. Y acabó pagándolo.

Vera, juvenil del equipo de Liga Nacional, se convirtió en el fiel escudero de Juanfran en el último tramo de competición. Luis Miguel Carrión confió plenamente en él. El de Santaella cumplió con creces, llegando, incluso, a lograr un importante tanto en el duelo que enfrentó a Córdoba B y Arroyo CP en el Nuevo Arcángel. Niko, otro juvenil, también llegó a participar en dos encuentros a comienzo de la 2ª vuelta (Granada B y La Hoya Lorca).