La huelga que amenaza al fútbol español, podría ser hasta bien acogida en Lucena y Marbella. En el caso de que se suspendiese la última jornada y no se aplazase, las dos escuadras se librarían de un intrascendente partido que para muchos será más un castigo que otra cosa.
Y es que lucentinos y marbellíes, poco se juegan en la cita del domingo. El partido está fijado en el mismo horario unificado en el que se disputan todos los encuentros en los que hay algo en juego, pero no es así en el que se disputará en el Ciudad de Lucena. Los locales, afrontan la cita descendidos matemáticamente y lo más que le queda en juego a los de Falete es intentar terminar lo más arriba posible para optar a recuperar la categoría en el futuro. Y es que, por imposible que resulte a día de hoy pensar en mantener la plaza en Segunda B, tanto por la situación deportiva como por la económica, en el caso de que existiesen vacantes por descensos administrativos, el mejor clasificado entre los descendidos tendría primacía para volver a competir en la categoría de bronce, por lo que podría abrirse una puerta en el futuro. Posibilidad remota, en cualquier caso.
El Marbella por su parte, salvado desde la semana pasada y sin opciones de Copa de Rey, llegará a Lucena pensando en cerrar la campaña dignamente pero sin sufrir lesiones que lastren las vacaciones de sus jugadores. Así pues, tediosa despedida de una categoría que ofreció a la afición lucentina los momentos más gloriosos de su historia.
