Cerrada una temporada para olvidar en lo deportivo, lo administrativo toma ahora el relevo en cuanto al protagonismo de noticias.El Lucena tiene ahora otra contrarreloj que debería superar para no caer en el ostracismo. La nueva fecha límite para los celestes es el 30 de junio, fecha tope para que los dirigentes paguen a los jugadores. En caso de que no lo hagan se incurriría en un descenso administrativo.
En las oficinas de la entidad, ya saben que hay futbolistas que han presentado denuncia para cobrar sus emolumentos, aunque no han sido todos. Esta situación según se espera, será revertida con el dinero que tiene pendiente de cobro el club. Mayoritariamente es dinero procedente de instituciones públicas que no lo entregarán hasta que no se solventen los embargos que tiene el Lucena. La condición se espera que sea cumplida toda vez que hay acuerdo con los acreedores y que el que más preocupa, el de la Tesorería General de la Seguridad Social, podría estar próximo a solventarse.
En caso contrario, si los directivos no pagasen a lo jugadores, el Lucena perdería otra categoría y descendería a Primera Andaluza donde se encontraría con el Ciudad de Lucena, siempre que no hubiese desaparición del equipo principal. Ambas escuadras podrían competir en la misma liga toda vez que pese a que el Ciudad, ha actuado como un filial, no ha terminado de serlo oficialmente ya que sólo era un equipo vinculado por un año. Así pues han sido y serán dos entidades independientes y por lo tanto el destino de una no afecta directamente al de la otra.
