La maldición de Almería

9 de abril de 2014 | 1ª RFEF | Javier Morales

El Lucena tiene que intentar volver a la senda del triunfo el próximo sábado por muchas razones. La primera por cambiar las sensaciones. A los celestes prácticamente parece habérsele olvidado lo que es celebrar un triunfo y no hay mayor aliciente para un deportista que ganar. Como trasnfondo y sin que pierda importancia está la Copa del Rey. La Balona está a tres puntos y la presente jornada se antoja decisiva para obtener la sexta plaza. Prácticamente de la manera que mejor podría salir parado el Lucena, es manteniendo la distancia. Los linenses, reciben a un Écija casi descendido matemáticamente y no se espera que pinchen. Por lo tanto, el triunfo en Almería es vital lograrlo.

Otro objetivo, aunque mucho menos importante sería el romper con la maldición almeriense. La provincia del poniente andaluz no ha sido prolija para el Lucena. Los viajes de vuelta del Levante, han sido salvo rara ocasión de vacío. En la primera temporada en Segunda B no se enfrentó el cuadro lucentino con ningún equipo almeriense. Fue en la segunda cuando el Poli Ejio y el Roquetas se cruzaron en su camino. Dos temporadas más tardes aparecería el Almería B. Las visitas al Municipal de Santo Domingo de El Ejido, sin ser sinónimo de fiesta, tampoco eran tan malas como en otras ciudades. Allí, se empató una vez, se perdió otra y se venció también en dos ocasiones.  En Roquetas, las cuatro comparecencias se resolvieron con tres derrotas para los celestes y un triunfo por la mínima.

Pero donde la visita como sinónimo de derrota cobra sentido es en la capital. El Almería B, haya estado más arriba o más abajo en la clasificación, siempre ha vencido al Lucena. Por 3-0 vencieron los albirrojos en la primera visita de los cordobeses. Un año más tarde el resultado fue de 2-0. Por último, la pasada liga, siguió la progresión descendente aunque los jóvenes rojiblancos siguieron venciendo y esa vez fue por 1-0.

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