Duelo de filiales a cara de perro

11 de enero de 2014 | 1ª RFEF | FRAN HABAS

El Córdoba B, de ganar, superaría a su homólogo almeriense

A cara de perro. Córdoba B y Almería B se jugarán el domingo sobre el Municipal de El Carpio algo más que tres puntos. Ambos conjuntos se encuentran en posiciones de descenso, si bien un triunfo podría sacar a ambos del pozo de la tabla clasificatoria. Los blanquiverdes, con 15 puntos, podrían alcanzar los 18, y por ende, superar a los rojiblancos. El 0-0 de la primera vuelta supondría ganar el gol average a los del Poniente andaluz, los cuales se presentarán en la localidad del Alto Guadalquivir como el equipo menos goleador del grupo IV con 14 tantos.

José Antonio Romero recuperará para el duelo de filiales a Mane y Fran González, ausentes en el Álvarez Claro de Melilla por acumulación de amonestaciones. Por el contrario, perderá a Juan Guerra, castigado con un encuentro tras su expulsión en tierras norteafricanas. Todo hace indicar que el técnico califal podrá contar con Adri Cuevas, Lucena y Pedro Santos, jugadores que, por problemas físicos, han estado entre algodones los últimos días. No existe lista de convocados. Todos los jugadores están citados para el vital choque.

El Almeria B, por su parte, contará prácticametne con su once de gala para la cita ante los cordobesistas, incluído cinco jugadores que ya saben lo que es debutar con el primer equipo. Son los casos de Kiu, Cristóbal, Dani Romera, Antonio Marín e Hicham. Juan Carlos Cintas, tal y como ha reconocido a distintos medios almerienses, cataloga el encuentro como "una finalísima donde el empate no sería un mal resultado. La derrota está más que prohibida". La importancia del partido, pues, capital.

El granadino Benjumea Álvarez impartirá justicia en un duelo que dará comienzo a unas más que extrañas 15,30 horas, máxime cuando el primer equipo, y con las cámaras de Canal+ como testigo, disputa su encuentro en el Iberostar de Mallorca a las 12 horas. Nueva traba para un filial que, ahora más que nunca, necesita sentir el calor de la grada.