Después de decir adiós a la amenaza de la huelga, el telón del final de la temporada caerá en el Ciudad de Lucena a eso de las 21.15 de este sábado. Antes de que esto ocurra, habrá momentos para las despedidas. La del propio equipo local de la categoría, la de Sarmiento, algo más que un jugador, del que ha sido su club, y quién sabe si no hay alguna más por el camino y que ahora tan sólo se pronuncia en voz bajito, como si fuese un mal que no se quisiese atraer. Y es que en el Lucena, reina la incertidumbre.
Los encargados de bajarlo, serán dos equipos que ya no se juegan nada. Lucena y Marbella han tenido vidas paralelas a lo largo de la campaña, buen arranque, crisis, amago de remontada, nueva crisis, tres entrenadores... hasta que sus caminos se separaron no hace demasiado. Los marbellíes, al igual que todos los equipos que peleaban por la salvación, dependían de sí mismos y no han dejado pasar la oportunidad. El Lucena, no ha sido capaz de hacerlo y pierde la categoría por méritos propios. Así pues, nada queda en juego para ninguno de los dos contendientes.
El partido del sábado, será el primero de los dos choques que dirija Falete en el fin de semana, ya que el domingo intentará salvar del descenso al Ciudad de Lucena, algo que parecía ya haber dejado hecho antes de su salto al primer equipo. El cordobés, ante la trascendencia radicalmente opuesta de los encuentros para el primer equipo y para el filial, no echará mano de jugadores del segundo equipo. Y eso que falta le hacen. Domingo sancionado, con cuatro partidos, Santacruz y Jony Lomas con problemas físicos, serán bajas salvo sorpresa. La única novedad el nuevo regreso de Pepe Díaz, una vez recuperada su lesión. El día más triste para el Lucena, hasta el momento, ha llegado.
