Daños colaterales

3 de mayo de 2017 | 1ª RFEF | Fran Habas

El Córdoba B, con los deberes hechos desde el pasado domingo, tendrá el enemigo en casa. Los de Jorge Romero serán de bronce siempre que el primer equipo se mantenga.

Con la satisfacción del trabajo bien hecho. Con esa gratificante sensación retornó el filial blanquiverde a los entrenamientos en la matinal del miércoles. Los hombres de Jorge Romero, salvados matemáticamente tras el empate (1-1) logrado en el Artés Carrasco de Lorca, disputarán el próximo domingo (El Arcángel, 12 horas) el último encuentro como local de la temporada. Los cordobesistas recibirán a la UD Melilla, histórico del grupo IV que sí se jugará mucho en el coliseo ribereño. Los azulinos, sextos con 59 puntos, se hallan a tan solo dos del cuarto clasificado: el Real Murcia. La emoción, pues, alta en estos últimos coletazos de campeonato.

El principal enemigo  del filial se encuentra a partir de ahora, precisamente, en casa. El B tendrá que estar muy atento al final de liga en Segunda División. Su salvación depende única y exclusivamente del éxito del equipo que dirige Luis Miguel Carrión. No hay más. El futuro más cercano del segundo equipo califal en manos de quien fue durante muchos meses su técnico. La celebración –ojalá sea así- tendrá que esperar. Romero recuperará para la cita ante los norteafricanos a José Antonio González y Vera, ausentes la pasada jornada en Lorca por acumulación de cartulinas amarillas.